El alojamiento es precioso, en pleno corazón del zoco, se trata de un pequeño palacio tunecino con una decoración autóctona exquisita, está bastante limpio, el personal es muy amable, tan solo tuvimos una pequeña carencia durante el desayuno, nos facilitaron mucho las cosas el día de nuestro regreso, si volvemos a Túnez nos alojaríamos de nuevo varios días alli, merece la pena.