Una fantástica villa de dos plantas, habitaciones muy amplias y con vistas a la costa. Todo muy limpio y organizado. Tiene jardin y piscina, zona de lectura, tv y trabajo. Salón común para el desayuno, que es fantástico. Bufet de frutas del tiempo, cereales, mermeladas, ect, en mesa te sirven embutidos, tostadas, zumos, café y leche, y cada día una variedad de dulce casero hecho por ellos, a cual más rico, como bizcocho de chocolate, magdalena, tarta de manzana o croassant. Lo mejor de todo es la amabilidad y simpatía de los propietarios, en todo momento están pendientes de que no te falte de nada. El descanso está asegurado pues se encuentra en una zona residencial apartado del centro. Es necesario llegar con coche. Andando del centro está como a 30 minutos. El recorrido está muy bien por el paseo marítimo. Si os gusta caminar como es mi caso, sin problema. Lo único que puede incomodar un poco son las cuestas para llegar desde el paseo hasta la villa. Por lo demás genial. Gracias por toda vuestra atención.