Había visitado la finca hace unos años y me encantó. Ahora me encontré con habitaciones nuevas tipo hotel moderno EN EXCESO, pero con pésima señal de WI-FI y en contraste con las lindas haciendas cafeteras, muy desocupadas y simplonas... una desilusión, pues viajé con un extranjero a quien quería mostrar la zona. Para tener los servicios básicos de la habitación, debí buscar al personal activamente, pues no lo hacen espontáneamente. El beneficiadero y los cultivos ya no están para mostrar, están acabados y abandonados... vuelve la época del banano. La finca se ve abandonada, si siguen así, pronto no tendrán nada para mostrar. Es una lástima, pero no la recomendaré de nuevo, no volveré allí : (