El hotel es pequeño y eso no tiene nada de malo, la plaza en la que está es muy muy buena! En especial el lugar de pizzas llamado Cervone, una oda a la comida italiana real.
El cuarto era pequeño pero bien ordenado, el lobby tenía un área a la izquierda con mesas y una pequeña división para donde se sirve el desayuno. Hasta ahí acaba lo positivo.
En los cuartos, no teníamos ganchos, contactos para poner el celular solamente están de 1 solo lado abajo del buró, no había manera de saber cómo contactar a la recepción! No habían letreros, cartas ni nada en los múltiples avisos en recepción y en el cuarto. Tuve que marcar directo de Google maps al negocio y usar un conmutador. No habían instrucciones de cómo acceder al internet, y por eso tuve que marcar a recepción. Fue facil el proceso, pero de nuevo… no estaba en ningún lado.
El baño es muy pequeño, demasiado. El escusado es muy alto y literalmente en pendiente, por lo que quedarse sentado cómodamente no es muy posible. La puerta de la regadera es… mala. Hecha de vidrio transparente, con una bisagra arriba que permitía abrirse dentro y fuera… sin embargo el problema es que abrirla hacia afuera, hacía que los sellos de agua movieran las demás placas de vidrio y estaba dura, y si se abre hacia adentro, prácticamente el agua salpica todo el piso. El interior es muy muy pequeño, y eso que yo mido 1.62 mts. La cabeza de baño apunta más a la pared posterior que a uno mismo, y esto hace que gotee lateralmente, colándose el agua